martes, 6 de abril de 2010

Presentación


Q

uizá se ha escrito innumerables libros, ensayos y artículos, de la vocación del Ingeniero, en internet por ejemplo existen (en español) una cantidad de información que apenas nos bastaría un mes o más para leer y releer artículos y refritos de los mismos, sin embargo en el presente artículo me gustaría ahondar en un tema que para un estudiante de ingeniería que está en una institución de educación pública le ofrece; quiero ofrecer una reflexión de en donde estamos parados y a hasta donde podemos llegar, si tenemos voluntad y perseverancia.

A un ingeniero no se le define por el estrato social donde originalmente es, sino el ingeniero se le califica en función del poder de su mente y su fuerza de voluntad para generar y transformar, siempre y cuando se esté contribuyendo al cambio positivo de una generación, ahí es donde se debe de valorar los alcances de un buen ingeniero, a partir de ello es apenas un engrane de una maquinaria para que México se vuelva una potencia a nivel internacional; la pregunta cual puede ser, ¿Qué hace Falta?, ¿Acaso más ingenieros en México?, ¿Falta más apoyo en el campo de la investigación científica?, o ¿acaso México necesita más ingenieros en la administración pública federal?, o falta que simplemente el estudiante de ingeniería se vuelva actor y no sólo espectador?.

Trataré que las próximas líneas sean digeribles para que se pueda entender y trataré de darte una reflexión que llega más allá de sólo cuestionar la cantidad de ingenieros en la Administración pública federal, además de mencionarte quienes y qué hicieron los mejores ingenieros que a mi criterio fueron los más grandes entre los grandes de México.

José Alberto Islas Labastida

Marzo de 2010

El Genedis de la Ingeniería


La ingeniería se define como la profesión en la cual los conocimientos de las matemáticas y las ciencias naturales obtenidos a través del estudio, la experiencia y la práctica, son aplicados con criterio y en conciencia al desarrollo de medios para utilizar económicamente con responsabilidad social y basados en una ética profesional, los materiales y las fuerzas de la naturaleza para beneficio de la humanidad. Las personas que se dedican a ella reciben el nombre de ingenieros.

La ingeniería en México se observa desde la época de la colonia en aspectos como la agricultura, la minería y la producción. Posteriormente a finales del siglo XIX, surgen los primeros ingenios azucareros, el tabaco y la industria textil y la población empieza a concentrarse en ciudades en las que se requiere de más servicios y construcciones. Estos aspectos generan la participación de los ingenieros mexicanos en: el tendido de redes de ferrocarril; en la operación y el mantenimiento de los ferrocarriles; en la construcción de obras urbanas; en trabajos de agrimensura y topografía; y en la construcción de obras portuarias, hidráulicas y de vivienda.

A principios del siglo XX se formaliza la industria textil mexicana e inician su operación la siderurgia, la producción de energía eléctrica, el otorgamiento de servicio telefónico y la exportación de recursos petroleros. Estos ámbitos permitieron la participación incipiente de los ingenieros mexicanos, quienes fundamentalmente participaban en los campos del mantenimiento y la operación, poca era la participación permitida en el diseño de origen en las industrias. En los casos de la construcción, agrimensura y topografía los ingenieros mexicanos empezaron a ganar prestigio y en breve se convirtieron en grandes diseñadores y constructores.

Debido a las reformas agrarias, producto de los diez años de la revolución mexicana, se requirió de la participación de una gran cantidad de ingenieros agrónomos quienes se encargaron de la redistribución y reorganización de la tierra. También se requirió de la reparación de los ferrocarriles mexicanos, aspecto que demandó la participación de ingenieros civiles, mecánicos y topógrafos. Posteriormente las Comisiones Nacionales de Irrigación y de Caminos, las que permitieron la participación muy importante de muchos ingenieros civiles mexicanos.

En esa época, con los escasos profesores y técnicos existentes, se crearon las escuelas de Ciencias e Industrias Químicas, la de Ingenieros Mecánicos y Electricistas. Instituciones que sumadas a la Escuela de Ingeniería y Minas sirven de simiente a la formación de los ingenieros en México.

Posteriormente en los años treinta del siglo XX se fortaleció la actividad económica mexicana con lo que se fortalecieron las industrias de alimentos, bebidas, tabaco, textil, ropa, calzado, cuero, madera, imprenta, química, siderúrgica y petrolera, lo que ocasionó una gran demanda de ingenieros con gran especialización en diferentes campos.

Las políticas de Estado sobre el comercio y la industria fortalecieron la infraestructura productiva del país, con la consecuente participación de los empresarios. Esto generó gran diversificación industrial, crecimiento sostenido, diversificación industrial, e incremento de la producción en general. Aspectos que requirieron de gran cantidad de ingenieros especializados en diferentes campos, por lo que la infraestructura educativa del país en la ingeniería se fortaleció notablemente. Un ejemplo del crecimiento de las instituciones educativas es la fundación del Instituto Politécnico Nacional y muchas escuelas técnicas de capacitación para los hijos de los trabajadores de las empresas mexicanas.

Durante la Segunda Guerra Mundial, como en todo el mundo escasearon los abastos de materias primas y hubo un freno de la industria mexicana. En esa época se establecieron algunas fundidoras, acereras, vidrieras, empresas textiles y de alimentos. Estas empresas permitieron la participación de los ingenieros mexicanos en esa época de carencias. No obstante los grandes problemas económicos de la industrial mexicana los ingenieros siempre tuvieron la posibilidad de participar en la operación de la industria mexicana.

Durante estas fechas y hasta 1975, el motor del desarrollo en el país fue la industrialización, el desarrollo interno de las empresas por medio de estímulos al empleo y al consumo de los productos nacionales. La participación en esta política nacional de los ingenieros mexicanos fue crucial, toda vez que gracias a su intervención se logro construir una planta productiva que cubría las necesidades de consumo y empleo de un país en pleno desarrollo.

En la actualidad el desarrollo de la ingeniería mexicana se ha quedado obsoleto o se le ha permitido muy poca participación en las nuevas empresas que han llegado a nuestro país. El desarrollo de la investigación y las nuevas tecnologías se encuentran fuera del alcance de los ingenieros mexicanos y por lo tanto de los empresarios. El sistema gubernamental no invierte en la investigación y los recursos para la educación siempre son muy por debajo de los que invierten los países industrializados, se ha caído en un círculo vicioso que requiere de ingenio para lograr superar la crisis.

De manera muy lenta se empieza a abrir el acceso a los ingenieros mexicanos en la industria globalizada y poco a poco en campos como los de la informática y las telecomunicaciones se va avanzando.

La ingeniería en la actualidad demanda mayor especialización, gran capacidad para el cambio, actualización permanente, uso de la nuevas tecnologías, ser bilingüe y tener una visión multidisciplinaria.

Los ingenieros mexicanos se han distinguido por su creatividad, ingenio, capacidad y entrega al trabajo, se enfrentan en la época actual a una ingeniería más especializada y con la posibilidad de utilizar más recursos tecnológicos producto de la investigación. En esta ingeniería participan profesionales de grandes empresas transnacionales, lo que se han preparado con ayuda de la investigación, la tecnología y la práctica, por lo que la única alternativa que tienen para no quedar fuera del mercado laboral es la preparación de excelencia, el desarrollar la capacidad de la observación para cambiar en lo que sea necesario y la preparación durante toda su vida para no quedar obsoletos seis meses después de haber terminado la escuela.

Los Ingenieros en la Actualidad


La ingeniería en la actualidad tiene una infinidad de sub-disciplinas, atendiendo en todo momento satisfacer las necesidades del hombre, tanto transformando la naturaleza o diseñando aplicaciones para hacer más cómoda la vida en comunidad, en áreas tan diversas cómo lo es: la medicina, la industria, la informática e inclusive hay nuevas ramas enfocándose a un área que era “exclusiva” para las ciencias sociales cómo lo es la política, hoy en día en algunos lugares de Europa imparten la materia de Ingeniería Política qué es básicamente el desarrollo de la estadística electoral.

En México la ingeniería se ha mantenido cómo simple espectadora de los cambios tecnológicos que hay en el mundo salvo la excepción de Nemak empresa mexicana y líder mundial en la producción de cabezas y monoblocks de aluminio de alta tecnología para motores de gasolina y diesel, cuenta con la plataforma de tecnologías más completa de su industria su éxito se basa en la alta calidad de sus productos, la excelencia en el servicio, la competitividad en costos, el rápido lanzamiento de nuevos programas y una capacidad de abastecimiento global. El desarrollo en general de tecnología en México se ha estancado y cómo dijimos anteriormente, el gobierno mexicano no ha dado las condiciones adecuadas para que en México exista un boom de la ingeniería. Esto no implica que en nuestro país no haya buenos ingenieros, sin duda que los hay, pero hay muy pocos centros de investigación donde se puede hacer tecnología y los ingenieros son más que simples operarios de tecnología.

Desgraciadamente la ingeniería no se caracteriza por cultivar la historia, en el caso de diseño de edificios por ejemplo, siempre se recuerda al arquitecto que lo concibió, más que al ingeniero que tiene que resolver todos los problemas para construirlo. Como el ingeniero se dedica a resolver problemas, por lo general no actúa sólo, sino se ayuda con gremios donde se agrupan como lo es: ASME, ISO, IEEE, etc. Éstas organizaciones contribuyen al avance de la disciplina; los más recordados son aquellos que se dedican a la parte experimental o de investigación que luego proporcionan teorías y elementos teóricos con lo que los ingenieros trabajan: Von misses, Castigliano, Runge-Kutta y Patankar, los dos primeros se dedicaron a resolver problemas de efectos de fuerzas sobre materiales (1830's y 1840's) y los últimos fueron padres de técnicas para resolver problemas de ingeniería empleando métodos numéricos y computadoras.

Queda claro que en México se debe de dar absoluta importancia a temas de ingeniería ya que esta disciplina es palanca de desarrollo, y para ello el ingeniero debe de cumplir 8 importantes funciones en su campo profesional que muchas veces 2 o más se combinan.

  1. Investigación: Búsqueda de nuevos conocimientos y técnicas, de estudio y en el campo laboral.
  2. Desarrollo: Empleo de nuevos conocimientos y técnicas.
  3. Diseño: Planeación para especificar las soluciones.
  4. Producción: Transformación de materias primas en productos.
  5. Construcción: Llevar a la realidad la solución de diseño.
  6. Operación: Proceso de manutención y administración para optimizar productividad.
  7. Ventas: Ofrecer servicios, herramientas y productos.
  8. Administración: Participar en la resolución de problemas. Planificar, organizar, programar, dirigir y controlar la construcción y montaje industrial de todo tipo de obras de ingeniería.

La preparación del Ingeniero

Una grave preocupación de los estudiantes de ingeniería (me incluyo) o de los estudiantes de bachiller para decidirse a qué tipo de institución acceder, para después librar la batalla encarnizada por los puestos de trabajo una vez terminados los estudios universitarios; en esta guerra de posiciones entra una condición que en la mayoría de los casos, es una forma de discriminación en donde los egresados de escuelas públicas son los “malos” trabajadores y los egresados de escuelas privadas son los más “capacitados” para el campo laboral. Sin embargo me gustaría irme más allá de estos dos supuestos para poder generar un punto de inflexión y comprobar que son simplemente mitos de una realidad diferente.

Escuelas Públicas Vs Privadas

La escuela pública es resultado de un conjunto de impulsos y demandas sociales que se han originado tanto en las élites políticas e intelectuales como en los movimientos sociales. Su carácter público, laico y gratuito es lo que ha permitido un consenso básico, en cuanto a una base cultural común, que permite mantener ciertos niveles de convivencia social. Pero también la defensa de estos principios es la defensa de valores tan importantes como la tolerancia y el respeto a la diversidad, e implica la conservación de un lugar de acceso a la educación para amplios sectores de la población. La tensión actual sobre la escuela pública radica en que, con el debilitamiento de las funciones del estado, el financiamiento se ha venido recortando cada vez más, se responsabiliza a los padres de familia y a los maestros del sostenimiento escolar y de la eficacia y eficiencia de los resultados educativos.

Realmente a quién no le gustaría ser catalogado cómo una persona respetable o que tiene aficiones distintas al común denominador de la población, el concepto de educación particular o privada empieza a adquirir sentido más por razones de pertenencia a un estrato social determinado que sólo por cuestiones ideológicas. Los maestros particulares, que daban clases de baile, música o dibujo a domicilio, así como los ayos, dedicados a la educación de niños de la aristocracia dentro de sus propios hogares, hacia 1830 empiezan a abrir escuelas reforzadas con la llegada de maestros franceses para un alumnado capaz de sostenerlas, sin recibir ningún subsidio del gobierno. Estos establecimientos se consideraron entonces como escuelas privadas, en tanto que en los conventos y parroquias eran gratuitas y por lo tanto públicas. Esta distinción económica no las excluía de la vigilancia del Estado, en el sentido de que no podían enseñar nada contrario a la moral ni a las reglas del gobierno.

Se sabe, sin embargo, que las escuelas privadas de educación básica, media o superior persiguen diferentes objetivos: algunas responden a un proyecto cultural de grupos de origen extranjero, otras buscan otorgar una educación con sentido religioso, otras más experimentan con nuevas teorías y métodos educativos. Pero en fechas recientes ha crecido el número de escuelas, en particular al nivel medio y superior, que constituyen sin más la venta lucrativa de un servicio educativo, claramente demandado para afirmar la presencia pública de algunos grupos sociales o para preparar recursos humanos adecuados a los requerimientos de las empresas, que florecen ante la ausencia de servicios educativos públicos sobre todo en el caso de muchas ciudades de tamaño pequeño y medio del país. Por contraste, no conocemos estudios acerca de las motivaciones de las familias para enviar a sus hijos a escuelas privadas, aunque se presumen las siguientes: deseo de un servicio educativo de mayor calidad, posicionamiento social útil para la futura vida profesional, la preocupación por la protección y seguridad de los educandos.

La calidad de la enseñanza privada es muy variada. Algunos argumentan que por el hecho de ser de paga y sostenerse en el mercado ofrece un servicio de mayor calidad que la pública, lo que sería una generalización cuestionable, pues algunas escuelas privadas de muy baja calidad siguen en operación por razones ajenas al nivel de calidad que ofrecen, llegando aun a promover una cultura de simulación y apariencias.

Para la equidad social parece fuera de duda que algunas escuelas privadas de precios muy elevados (que supuestamente forman a las elites dirigentes) proporcionan un servicio de clase y un beneficio a las grandes empresas y contribuyen a reforzar estructuralmente las desigualdades. Lo hacen por dos razones: segregan a los grupos poblacionales de mayores ingresos impidiendo que se socialicen en contacto con los grupos de clases medias y bajas y, además, afianzan prejuicios, valoraciones denigrantes hacia los pobres y un deleznable "complejo de triunfadores" (so pretexto de una discutible concepción de "excelencia educativa") que dañan seriamente la cohesión de la sociedad.

México se encuentra en el último lugar de los 30 países que conforman la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico) en cuanto a materia de educación. Sin embargo, el estudiar en una escuela privada no garantiza un mejor despeño ni aprovechamiento por parte de los estudiantes.

Un estudio demuestra que, si los alumnos tuvieran el mismo nivel socioeconómico y asistieran a escuelas similares, las privadas tendrían 20 puntos menos que las públicas en la Prueba de PISA.

Según David Calderón[1], los estudiantes de escuelas privadas, deberían tener resultados similares a los de Canadá, ya que su nivel socio económico es muy parecido. De hecho, los alumnos de estas escuelas salen en mejor posición no por un mejor nivel educativo, sino porque cuentan con un mayor contexto cultural, libros en casa, herramientas tecnológicas y padres profesionistas.

Quisiera mencionar que no importa la matricula que se obtenga, si fue en una institución pública o privada, lo que es aquí se tiene que ser una reflexión profunda, la reflexión que quiero llegar en este punto es la habilidad de poder romper este paradigma: Los egresados de escuelas públicas son malos y los de escuelas privadas son buenos.

En esta batalla no hay buenos ni malos, lo único que encaja en esta aseveración es: hay estudiantes malos y estudiantes buenos, no importa en qué institución hayan estudiado. Las universidades pasan por procesos de consolidación y madurez, quizá las insipientes instituciones de educación superior se encuentran aun en un proceso de desarrollo, sin embargo éstas hallarán más temprano que tarde una madurez en sus sistemas de educación


[1] David Calderón es Especialista en temas de Geopolítica, Profesor del Colegio de México e investigador nacional nivel C.